Entradas de regalo

Hacía tanto que no entraba a la página de Blogger que ya no me acordaba la clave. Por un momento llegué a pensar que toda la historia del blog se moría acá. Y, no sé, hubiese sido un lindo final, en realidad.

Muerte por extravío de clave.

Creo que le hubiese quedado bien.

En cambio ahora parece seguir condenado a morir por el olvido de su redactor.

El sábado a la tarde me llamó un amigo para regalarme dos entradas al recital de Iron Maiden en Vélez.

Al toque se las regalé a otro amigo que es metalero.

Estábamos sentados en un bar, acá cerca de mi casa, como a las siete, para pasarle las entradas y tomar una cerveza, y me llamó otra persona para regalarme una entrada para el partido de la selección.

Era la entrada que iba a usar Walter Erviti, el volante de Banfield, me contó. Pero Ervitti no fue y él pensó en mí. Así que me subí a un taxi y a los diez minutos estaba en el Monumental.

El cartoncito de la entrada decía 280 pesos. Era en un pequeño corralito que tenía televisores para ver las repeticiones de las jugadas y estaba lleno de gente famosa con pases colgados en el cuello. Justo atrás, a un metro de mi butaca, estaban las cabinas de los relatores.

Estaba Vignolo relatando.

Cuando llegué me pasó algo re loco. De hecho, pienso en eso más que en el desarrollo del partido:

Salí en la foto que se sacó con sus amigos, justo antes de que yo lo abordara, el chabón que estaba ocupando mi asiento.

Cuando llegué a mi asiento -Platea Belgrano; Sector O; Fila 3; Asiento 18- descubrí que alguien ya estaba sentado ahí.

No puedo parar de pensar en ese tipo. En la foto que se hizo sacar al minuto de juego del partido, abrazado a su mejor amigo, dándole los dos la espalda al partido.

De fondo, midiéndolo para encararlo, sale el chabón que le cagó la noche.

Yo.

¡Me cagaste la vida -me dijo al final del partido-; desde allá no se veía nada!

Ahora, cada vez que vea la foto del partido histórico, va a ver mi carota ahí, justo arriba de su hombro, como si quisiera participar de su vida a toda costa.