Botellazos

Al final no tuve ganas de escribir lo del hospital.

Nada interesante pasó ahí, salvo los puntos en la cabeza, la idea de contar todo en cuanto me liberaran, la sangre en mi remera, mi cara y mi cuello y la idea de que era un baterista punk que se acababa de agarrar a botellazos en Cemento.

Lo importante hoy es que ya tengo celular nuevo y que pude retomar el gimnasio, a pesar de la pequeña costura frankensteiana que tengo en la cabeza.

Por lo demás, un poco aburrido, pero como siempre disfrutando de todo lo que pasa.

Recomiendo ferviente, ardorosa y convencidamente este blog y este fotolog.

(hay que clickear sobre la palabra “este” en los casos en los que aparece subrayada)

Y también recomiendo a su autora, que tiene un nombre graciosísimo mal, y que aunque en las fotos no se note, en persona, cuando se ríe, si la mirás bieeeeen de cerca, es igualita, pero igualita igualita, a Jazmín Stuart cuando se ríe.