No sé decidir si el fantasma de mi abuela va a ser bueno o malo.
Me inclino para el lado de un fantasma medio jodido y quejumbroso.
Igual, vamos a estar encantados de recibir sus sustos.
Va a venir ruidosamente a tirarnos las cosas al suelo. Y nos va a tapar la nariz a la noche, para despertarnos. Fija. Y nos va a apagar la tele justo durante la sentencia de Bailando. Sólo pajoder.
Un fantasma complicado.
O capaz no. Capaz la estoy prejuzgando erróneamente como fantasma.
Si cada vez que alguno estaba sin laburo ella le rezaba a tal o cual y si estábamos enfermos le rezaba a algún otro. La verdad es que sería de esperar que entre susto y susto, y travesura y travesura, mueva alguna de sus nuevas influencias donde quiera que esté.
En cualquier caso, va a ser bienvenida para que se pegue unas vueltas por acá y nos susurre barbaridades al oído.
Lo vamos a estar esperando con ansiedad.
Ya no va a tener que esperar durante días y días que alguno de nosotros la llame. Ni siquiera va a tener que llamar ella antes de venir.
Ni tocar el timbre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario