No la vi a la entrega de los Martín Fierro, porque el tele de acá no sintoniza bien América.
Por suerte.
En cambio a esa hora estuve viendo Sólo por hoy; una película buenísima, con diálogos excelentes, sobre todo tratándose de una ficción nacional, que a veces son medio pedorras en ese sentido.
Lo mismo las actuaciones. Muy buenas. El papel del gordo que es actor y quiere salir de fracasado pero al final no lo logra ni en pedo. O el de Mariano Martínez que se enamora de una mina en la parada del bondi. O el del chabón que se enamora de la taiwanesa y tiene un quilombo tremendo para expresárselo.
Un par de escenas geniales: en la cocina, cuando el gordo actor le dice al enamorado de la taiwanesa que ya está hinchado las pelotas de la leche de soja.
Y otra en un techo, el mismo chabón y la taiwanesa, teniendo una RE charla, contándose sus infancias. Ella de golpe le dice "te estoy embolando, ¿no?". Y él le dice: "¡¡¡Ni en pedo!!!; me encanta escucharte". Y ella le dice: "¿En serio? A mí también me encanta escucharte".
Y pum. Es gol de media cancha, llega el momento del beso, pero la potencia del momento los asusta un poco y, si bien ya habían empezado a acercar sus caras, enseguida las vuelven a su lugar y se ponen rojos.
Sufren. No respiran, miran para otro lado. O mejor dicho: ponen los ojos en otro lado y sólo se miran de reojo. Y al final no dicen nada más ni se dan ningún beso.
Una escena genial.
El Martín Fierro de Oro lo ganó Lalola. Yo lo veía en una época a ese programa. En la primera época, para ser exacto. Y estaba bastante bien. Tenía cosas muy divertidas.
Pero también tenía algunos errores. Algunas cositas fallaban.
La narradora, sólo por citar un ejemplo, tenía demasiado protagonismo en su rol de narradora. Su texto contaba demasiado y le quitaba lugar a la posibilidad de que los actores mostraran los hechos por sí mismos.
En el primer programa la mina se la pasó haciendo una introducción de los personajes. Del tipo: "Juancito es bueno pero medio vago". "Lucila es súper sensible y a la vez frívola".
Una tontería. Un trabajo de composición de cuarto grado.
Y el hecho de que gane el premio te da la pauta de lo flojos que estamos a nivel ficción.
La mejor ficción actual, para mí, es Bailando por un sueño. A la mayoría le parece un programa pedorro, ya lo sé. Pero dentro de su código es un producto que cierra perfecto.
El programa respeta su código a la perfección. Raramente, o nunca, lo rompe. Y a la larga termina siendo de lo más verosímil que hay para ver, aunque todo sea verso.
Como en los Titanes en el ring.
Para mí el Martín Fierro de Oro era para Bailando.
La cagada de la noche, sí, con el tema de la película esta, fue que quedé enamorado del enamoramiento.
Voy a procurar enamorarme más seguido, como en las viejas épocas.
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