Es muy gracioso

Desde el nacimiento de este blog hasta hoy, cada vez que me pongo a escribir algo para postear, me pasan las mismas cosas.

Primero tengo un problema para que se me ocurra un tema y después tengo otro para lograr que el texto este bueno.

Siempre que soluciono el primero y me enfrento al segundo, donde la derrota es casi segura, termino resolviendo dejar todo así nomás, tal como salió, y postearlo a lo cabeza, aunque haya quedado una mierda de post.

Casi siempre es de madrugada y estoy con sueño.

Lo más gracioso es que todas esas veces lo que pienso es: “Bueno, por hoy publico un textito de mierda, para mantenerlo actualizado, para engañar a los poquitos lectores que entran, para que no pierda continuidad el asunto, pero la próxima me esmero y lo hago bien y listo”.

Siempre creo que en realidad, aunque los posts digan lo contrario, yo seguro debo ser bueno escribiendo. Considero que la mala calidad de lo que escribo es sólo una circunstancia de ese día.

Pienso que, claro, si los posts son malos es sólo porque soy un vago de mierda y no le pongo dedicación pero, si le pusiera, serían geniales.

Un día voy a tener pilas y voy a ser un groso.

Eso pienso. Eso vengo pensando desde el primer día.

Otra parte de mí sabe que soy un muerto de frío y no anda dando tantas vueltas.

Pero dos años en esa. Es muy gracioso.

Hoy el blog cumple dos años. Ayer, en realidad, pero hace unos meses borré el primer post, del 24/7/06, porque era malísimo. Y también eliminé otros posteriores e iba a seguir borrando pero me agarró vagancia y frené.

De cualquier manera, dos años es una cantidad enorme de tiempo. Me pone contento haber vivido todo eso. Ojalá siga posteando durante dos años más.

Al fin y al cabo el asunto empezó como un ejercicio para tener la obligación de escribir seguido. Y más o menos se cumplió: en 730 días posteé 213 veces. Es decir: posteé cada tres días y medio.

Es cuestión de tener mucha paciencia y seguir esperando que llegue el post bueno.

Y ahí no me para nadie.

Cuentos, novelas, poemarios, crónicas.

No hay techo.

No hay comentarios.: