Para comerme las hojas de bronca

En la facultad una vez nos hicieron hacer un ejercicio a partir de Mecánica popular, el cuento de Carver, que se puede leer en Internet.

Es un cuento excelente, súper breve, con un final a lo Carver -ok-; espectacular.

El ejercicio que nos dio a hacer el profesor, también conocido como Maxi Tomas, era escribir la noticia periodística que tenía que salir al otro día de ocurridos los hechos narrados en el cuento.

Por supuesto, aunque lo acabo de buscar, no lo pude encontrar al archivo. Y tampoco hubiese querido encontrarlo, supongo. Pero más o menos me acuerdo de qué iba.

La complicación estaba en descifrar cuál era la noticia ahí. Y además, la puta, entenderlo al puto de Carver. Qué pasó con el pibe: se lo ganó el padre, se lo ganó la madre, se les cayó y les hizo pegar flor de susto, al punto de hacerlos caer en la cuenta de lo ridículos que estaban siendo, o qué.

Mis compañeros eligieron algunas de esas opciones y otros decidieron no definirse por ninguna; nos habían enseñado que no había que inventar informaciones.

Yo justo en esos días había leído mi primer libro de Aira, para la misma materia, así que ya en el título anuncié que un chico había muerto, partido al medio, durante una discusión doméstica en el barrio de Villa Crespo.

Y en el primer párrafo contaba que al padre lo habían capturado mientras salía del edificio, con una valija en la mano izquierda y el costado zurdo del torso de su hijo en la mano derecha.

Y me aprobó Tomas. Un irresponsable.

Ahora justo estaba leyendo los relatos de Tres rosas amarillas, libro que me recomendaron a muerte más de mil veces y que nunca pude encontrar por ninguna parte.

Hasta que apareció en la librería. Lo escondí durante todo el fin de semana pasado para que no se lo pudiera llevar ningún cliente y al final lo compré -30% off; lo mismo hice con El Salmón, de Casas- y acá está. Un librazo. Y ahora tengo más finales a lo Carver para comerme las hojas de bronca.

Entonces me acordé de todo este asunto y aproveché para contárselo a todos mis fans, que son una bocha mal y me inundan el server.

I love Raymond.

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