Quise escapar. Por ejemplo: Compré y leí, en cuestión de horas, El caníbal, el primer libro de Juan Terranova.
Yo había leído El pornógrafo y El bailarín de tango, sus otras dos novelas (en realidad hay otra: Notas de un viaje a Italia, pero parece que es súper indy y no se consigue). Y antes de eso había leído Diario de un joven escritor argentino, el cuento que publicó en La joven guardia. Además leí cada uno de los posts de sus tres blogs y algunas de las notas que publicó en el Diario Perfil. Me gusta su obra.
Aunque después de leer El pornógrafo y El bailarín..., la sensación que me quedaba era "ok, muy divertido que sean todos diálogos como en Puig, pero ojalá alguna vez se ponga a escribir párrafos enteros".
Y en El caníbal, si bien hay párrafos enteros la sensación es parecida: "Ojalá algún día Terranova escriba una novela en la que aparezca su estilo, su escritura, sus párrafos". Aburguesate un poco, Terranova.
El libro arranca con todo. Tiene eso de lo que habla Kapuscinski cuando dice que los buenos libros mezclan géneros y llegan al punto de que no se sabe que es: una crónica, un ensayo, una novela, una nota periodística o qué.
Tiene varios planos la novela. Por una lado es la historia de un escritor joven y su mentor. El escritor joven tiene preparada una novela y no la puede publicar. Entonces se la muestra a un escritor de cierto renombre. Se juntan en bares, pero el tipo se la ningunea y lo invita a participar de un proyecto suyo.
Por otro lado, El caníbal es un ensayo sobre literatura y comunicación.
El escritor viejo cree que la verdadera literatura ya no está en las novelas sino en la prensa que cuenta historias que no son vendidas como ficciones sino como realidad (Crónica, Gente, Revista Pronto) y que aparecen cargadas de pasiones, entramados psicológicos y sociales, amores, muerte y crueldad.
Esta teoría aparece desarrollada en toda la novela e incluso el escritor joven, que al principio desconfía, termina comprando.
Esta idea es la que más queda al terminar de leer.
Pero además de todo esto, El caníbal también es un laburo experimental. La búsqueda de un nuevo modo de contar una historia.
Lo que más se lee en El caníbal son notas periodísticas, ajenas, que fueron publicadas (tal como lo aclara una nota del editor antes de empezar), en serio, en medios de comunicación masiva.
Según Saer, el libro es como un collage. Durante unos párrafos venís leyendo la historia general, contada por Terranova, y de golpe te encontrás con una noticia de algún asesino serial, por ejemplo. Estos recortes periodísticos no aparecen fuera de contexto, sino que integrados a la historia.
Y eso en algún punto, como opinión personal, es un embole. Te quedás con las ganas de leer más escritura de Terranova. Yo quiero que me cuente más sobre el personaje del escritor joven y la chica que le gusta, por ejemplo.
Si quisiera leer noticias amarillas iría y me compraría Crónica, que me sale un peso como mucho. Y El caníbal me costó dieciocho. Además, a la larga, tanta noticia amarillenta, una atrás de la otra, satura.
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