Un investigador en Teología de la UCA hablando me provoca lo mismo que a mi vieja le provoca un zurdo argumentando: risa.
El tipo habla y para mí todo es chiste.
Esto pasó el domingo, a la noche, durante el programa de Mariano Grondona, Hora Clave. Un investigador, un cura, de la UCA, opinaba acerca del caso judicial en el que a una chica de 19 años con incapacidad mental, violada y embarazada, le negaron la posibilidad de abortar. El teólogo estaba de acuerdo con el fallo, por supuesto.
La clave, para entender, es que según el artículo 86 inciso 2 del Código Penal es legal el aborto cuando éste proviene de una violación cometida sobre una mujer “idiota o demente” (palabras textuales).
Los argumentos del padrecito eran que si bien la ley decía eso, en realidad abortar siempre es eliminar una vida, es decir que abortar siempre es un asesinato, sea la embaraza una mujer con uso de sus facultades o no.
Desde este punto de vista, no importa tanto lo legal, sino la moral católica.
Se condice con la creencia de que no pueden haber excepciones al mandato de preservar la vida desde la concepción, explícito en la Constitución.
Lo más gracioso llegó cuando el cura dijo que seguramente había una razón lógica “que nosotros no conocemos” para que la jueza haya decidido eso. Por algo será
Ese era todo el argumento que tenía el investigador en Teología de la UCA.
Ayer, la jueza de Menores en cuestión, Inés Siro, dijo que la razón por la que había fallado de tal modo era que nadie le había avisado de que era una violación.
¡Cua!
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