Ayer debutó el Hachita Ludueña en la primera de River y la verdad que la rompió. Es livianito, vivo; quedó mano a mano tres veces y las tres definió suave, tocándola apenas, obviando al arquero, eligiendo el lugar exacto de la red en el que quería incrustar la pelota. Parece que es un pichón crack y en Olé (lo compararon con Thierry Henry) ya hablan de que River tiene a otro Ludueña para ilusionarse.
Pero sin dudas habría que ser un poco pelotudo para dejarse ilusionar. La verdad es que está complicado ser hincha de River. Todos los que juegan bien, se van.
Del equipo del campeonato pasado, que anduvo más o menos bien, los jugadores que valían la pena eran estos: Lux, Cáceres, Ferrari, Ahumada, Santana, Gallardo, Montenegro y Farías y los cracks lesionados Falcao y Figueroa.
De esos diez, se fueron cuatro, que eran realmente clave y habían sido declarados imprescindibles por Passarella: Cáceres, Santana, Montenegro (tal vez el que mejor jugaba) y Figueroa (ex pre mundialista; que se acaba de ir al Genoa).
Después, del resto, Lux, Ferrari y Gallardo estuvieron o están a punto de irse. Gallardo es una incógnita y hace poco aclaró que todavía no definió su situación y Lux tuvo que salir el viernes a decir que se quiere quedar (el plan de los dirigentes sería darle salida; quieren aprovechar que Carrizo es buen arquero, como si Lux no lo fuera; el otro pre mundialista). Es cuestión de darles tiempo y difícilmente pasen de fin de año.
Me falta detallar a tres de esos 10 que valían la pena: Farías anda lesionado y por ahora zafa. Ahumada (que también está lesionado y por ahora no se va; pero veremos de acá a un año) entró en la operación mediante la cual los dirigentes vendieron porcentajes de 16 jugadores salidos de las inferiores a un grupo empresario. River recibió 3 millones de dólares.
Acerca de Falcao, el último super crack delantero que nos ilusionó, ayer mismo salió publicada una entrevista en Olé al tesorero de River, Héctor Grimberg. El tipo dice: “Si Falcao no estuviera lesionado, ya se habría ido”.Por último los juveniles. Las grandes ilusiones. De todos, menos de dos o tres, se vendieron porcentajes al grupo empresario: Buonanotte (según un dirigente, “el Messi de River”), René Lima (según otro dirigente, “el Gago de River”), Carrizo, Augusto Fernández e Higuaín, entre otros 11 más.
Como si fuera poco, los dos últimos que mencioné, que pintan para romperla, estuvieron a punto de irse. Durante el mundial, Higuaín recibió tres ofertas irresistibles de Europa y Fernández una de España. Se cayeron. Por ahora. Sabemos que no les queda más de un año.
La lógica es la de siempre: jugador que anda bien, jugador que se tiene que vender. Aunque no tenga ni dos años en la primera del club. Somos una concesionaria de jugadores.
Ya pasó con los Saviola, con los Aimar, con los Demichelis, con los Cavenaghi, con los D´allessandro, con los Ludueña (“otro Ludueña para ilusionarse”, dice Olé; a Daniel no le dimos mucha bola), con los Gata Fernández, con los Mascherano, con los Menseguez, con los Osmar Ferreyra.
A los hinchas, por lo general, cosa lógica, no nos llega ningún porcentaje de las ventas de jugadores. Así que por ahora yo prefiero no ilusionarme.