La cumbia nos enciende el alma

¡Estoy escuchando cumbia a full en la computadora!

¡En este preciso momento!

Hace unos días hice un post mientras escuchaba Let it be. El disco entero.

No me acuerdo de qué iba, pero era relativamente emotivo, si no me equivoco.

Al toque me arrepentí y lo borré a la mierda.

¡Ahora estoy escuchando “como Romeo y Julieta, lo nuestro es algo eterno, amar es algo hermosoooooooooo, sólo es cuestión de un verso, un amor como el nuestroooooooo, no debe morir jamás”!

¡Dios mío! ¡La euforia y la adrenalina corren por mis venas!

(y no estoy exagerando ni un poquito)

Es domingo a las 11 de la noche y tengo una necesidad de bailar cumbia que me desborda.

Eso es malo. Muy malo. Falta mucho para el sábado que viene.

Y al de ayer lo gasté en un asado.

El próximo ni en pedo ¡Voy a estar toda la semana cantando cumbia y anticipando el momento en el que entre al boliche a bailar como un desaforado!

¡Y si no me acompaña nadie voy solo!

¡No me importa nada!

Ahora cumbia villera: ¡Pablo Lezcano es el músico más respetable de la última década!

Los Cadillacs se mandaron una gran cagada al no llamarlo a Minimal para tocar el año pasado. Pero en lo de Lezcano la pegaron mal

Se me había pasado la fiebre cumbiera, che, y poco a poco iba bajando mi nivel de felicidad.

No me va a volver a pasar. Soy de los que aprenden de sus errores.

O no. Mentira. No soy. Pero en este caso sí.

¡LAS PALMAS DE TODOS LOS NEGROS ARRIBA Y ARRIBA!