El otro día en el boliche –en realidad una de las famosas Fiestas Clandestinas de El Teatrito- estaba Luis Lobo, que es el trompetista líder de Dancing Mood y también el trompetista, pero en este caso sólo como invitado, de la nueva versión de Los Fabulosos Cadillacs.
El tipo estaba en el baño, yo justo pasaba por ahí, y la gente le daba la mano.
¡La gente le daba la mano en el baño!
En un momento lo dije en voz alta: “Sí, bueno, es Lobo, un capo, aguante Lobo, todo bien, pero yo igual no le daría la mano en el baño.
Y se rieron. Y uno hasta me quiso dar la mano a mí porque pensó que yo era amigo de Lobo.
Últimamente no estoy con ganas de escribir. Ando más copado con tocar la batería, por ejemplo. Y con hacer rutinas de ejercicio.
Me pegó por ahí la última semana y se ve que ando vacío de discurso.
En el laburo me la paso jugando a hacer pelotitas con los plásticos que usamos para forrar los libros y se las tiro a mis compañeros y compañeras por la cabeza.
Pero de escribir nada.
Son ciclos. Siempre me pasa.
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