Las palmas de todos los negros arriba

Un día pasé caminando por un Musimundo y me metí a ver qué había. Estaban los discos de las bandas que había estado promocionando y prenseando durante el año: Monkey Business (groso, pero groso, álbum de funk-rock), The Pinker Tones, etc. Y estaban también algunos DVDs copados como “You Gotta Move”, de Aerosmith, banda que hasta hace un tiempo no me gustaba, y que hace poco me empezó a gustar y después me dejó de gustar de nuevo; “The Biggest Band”, de los Rolling Stones y el último de Daniel Agostini, que no me acuerdo cómo se llama. A todos los conseguí por otros medios, más tarde.

Había, ahí, en Musimundo, una salita especializada en jazz, clásica y afines. Me puse a ver precios: nada que valiera la pena ser comprado en vez de bajado por internet.

Salvo por un DVD con una tapa muy fea, azul, con letras blancas y un diseño medio choto. “Chick Corea Electric Band – Live at Maintenance Shop - Iowa State University”. 15 pesos. Dave Weckl en batería (el corrector del nuevo Word que me instaló mi hermano insiste en que la palabra correcta es “bacteria”) y John Patitucci en bajo.

A Weckl lo había visto hace mil años, en la época del uno a uno, en Rosario, en una clínica de batería en la que la descoció. Aunque por ese entonces sus solos me habían resultado parecidos a los solos de cualquier otro baterista. Incluso el de Alex González, de Maná, junto con el percusionista Luis Conte, en el Unplugged, ese tan conocido, que se llama “Coladito”, me había parecido infinitamente superior (en realidad, nunca me gustaron los solos).

Lo que más me acuerdo de esa clínica fue que un tipo le preguntó qué método de respiración utilizaba para sus performances y Weckl le dijo: “El método es uno solo y es, la verdad, bastante importante. Anoten: no dejar de respirar nunca”. (risas)

Y de Patitucci había leído una nota en una revista de bateristas (eliminaría la rima, si me pagaran por escribir esto), en la que hablaba justamente de su época junto a Dave Weckl y Chick Corea.

Así que me lo llevé. Y desde entonces lo estuve viendo dos veces por día, más o menos. Es excelente. Weckl es un animal. Y sí, ok, estamos de acuerdo, toca demasiadas notas y bien podría sonar más agradable ahorrando algunos golpes, pero igual.

Un baterista bastante groso, Nicolás Méndez, de Zanahoria y Piel de Tortuga, me dijo que CHCEB le parece excelente y que nadie puede negarlo, pero que a la larga, después de un par de años, uno se termina aburriendo de escucharlo.

Yo le dije: pero es que lo pongo, al DVD, y me dan ganas de ponerme a tocar. Me pasa lo contrario a lo normal; cuando veo un baterista malo me digo que tengo que vender la batería, que no es lo mío. Y cuando veo a uno como Weckl me creo que algún día puedo ser el mejor.

Él primero me miró raro y después me dijo: está bueno eso, qué groso. Pero vas a ver que ahora te parezco un boludo, pero dentro de dos años vas a pensar igual que yo.

El primer track del DVD está en Youtube. Y se lo puede ver y escuchar (esto no me consta porque no tengo audio en la pc) clickeando acá.

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