Hace unas semanas se produjo el pase del año dentro del mundo publicitario. O al menos dentro del mundo publicitario comegatos.
Mi hermano, Pablo, fan número uno de Desordenar, prácticamente único culpable de que yo siga posteando, capaz de llamarme a cualquier hora para debatirme algún concepto aquí vertido, o para insultarme por la falta de posteos, pasó del área creativa de Fibertel a formar parte del staff de la agencia publicitaria Home Rosario. Con la cual laburó hace un tiempo, aun para sus ex empleadores, en la publicidad que lleva al apellido de la familia: "Cúparo".
La novedad en realidad es que el próximo lunes "Cúparo" va a estar compitiendo por el Lápiz de Platino contra las mejores publicidades de Buenos Aires (o al menos las que eligieron los capos de agencias miembros del jurado) del año pasado.
Ahí está "Cúparo", sí señor, con su presupuesto cero, bancándola apenas con la convicción de una buena idea; siendo la única publicidad de todo el interior; compitiendo con, por ejemplo, la pedorrísima "Dueños", para la cual se gastaron montones de plata (y parece que es la favorita), o con esa tan desagradable en la que un pibe mantiene vivos, a fuerza de transpiración, a dos pescados.
No es poca cosa. No, señor. También hay otras candidatas, como la de "Estoy mirando", que es buenísima, la de Sueiro, o la horripilante "El tema del verano" e incluso la polémica "Amigos", de Editorial Perfil y Noticias. En definitiva, agencias que se la pisan en serio, como Leo Burnett, Ogilvy, Del Campo Nazca y Young & Rubicam.
Pero no se asusta. Ahí está "Cúparo", ya lo dije. No hay que subestimarla; ojo. Ganadora del Lápiz de Oro Interior. Ni más ni menos. Aguantando la parada a los bifes y plantándose con la que se le ponga en frente.
Esta semana, por ejemplo, va a competir en el Festival Publicitario del Interior. Veremos cómo le va. Si pierde, igual, en la familia ya la queremos.
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