Acerca de la alcahuetería de Desordenar

Esto no lo estaba posteando porque me daba vergüenza. Así de puto estoy. Aunque la expresión "puto" está mal usada y va a quedar extirpada ya mismo de mis arranques de adolescente atormentado (todavía recuerdo el dolor de cuando Martín Caparrós me dijo que las novelas de Sabato, a las cuales amé hace unos años, eran para "adolescentes atormentados"). Está todo bien con los putos. Los que molestan son los mariconcitos. Y yo lo que estoy es mariconcito. Y a no preguntar porqué.

Decía, caramba, que a esto no lo quería postear, al menos por ahora. Porque salió de una llorisqueada mía, que enseguida despertó la caricia del gran Funes. Y ya se me ha acusado anteriormente de ser alcahuete y de intentar maniobras lastimosas para ser mencionado en otros blogs que se la pisan en el mundillo literario. La verdad, no fue la intención. Ni ahora ni nunca. Y al que lo ponga en duda me escribe un mail, se me planta y nos agarramos a bifes en la esquina que proponga (no, ojo, porfa, es mentira).

Hoy lo cuento porque estoy trasnochado y un poco harto de estar tan imbécil. Veremos cómo me despierto mañana.

Así que, bueno, en definitiva, yo hace unas semanas puse esto, en un post equis:

"Me declaro abiertamente hincha de Los Mudos. Y aunque me da un poco de vergüenza haber leído lo que leí, y sobre todo cómo lo leí, y aunque el organizador haya ninguneado un poco esa primera edición en la que participé yo, nunca nadie me va a quitar el haber estado en un ciclo en el que leyeron Molina y Mairal."

Y Funes, zarpado en grosso, instigador involuntario de que yo me decidiera a hacer este blog, gracias a ciertos manifiestos que alguna vez posteó por ahí, en vez de cachetearme como me lo merecía, a los pocos días posteó esto en el blog de Los Mudos:

"Mariano Cúparo estuvo en Los Mudos. El cree que no fue una gran performance porque no se da cuenta que el texto también estaba complicado, pero si se llega a dar cuenta háganle acordar que para Los Mudos representa a la nueva joven guardia; las jóvenes promesas que, cuando tengan un nuevo objeto literario para hacer público, o se le ocurra vender calzones bordados por él mismo, el equipo del Conventillo de Teodoro y quien suscribe estará gustoso de ofrecerle un espacio.

Además, Mariano, fue la primera del año y nobleza obliga a reconocer que las condiciones que te ofreció Los Mudos no se puede decir que fueran las mejores. (nota de la redacción: esto lo dice porque la "ninguneada" a la que yo hacía referencia era en un post de su blog en el que bardeaba aquella edición de Los Mudos, por cuestiones de infraestructura, luz, sonido y montones de etcéteras en los que yo no había reparado)

Igual, ahora estamos mejor así que cuando te animes de vuelta…"

Yo no me la creí, no sean giles.

NO SEAN GILES, eh. ¡No me la creí! Pero sí pensé: la pucha.

Y le voy a pedir revancha. Algún día.

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