Esa fue, más o menos, mi semana.
Me llegó también un mail de Carlos Horacio Armagnague. Hace un tiempo me había mandado otro con cuentos suyos y hasta una novela. Increíble. La magia de la blogósfera.
Algún día Armagnague va a ser grosso y yo, gracias a esta porquería, voy a poder decir que fui uno de los primeros en leerlo, cuando aún nadie lo conocía.
Tiene una particularidad Armagnague, además de escribir bien, y es que tiene 18 años (o algo así; 19 como mucho). Vive en España. Y ahota subió sus relatos a un blog, que se llama Roman à Clef (dejando la capacidad de ser sutil de lado, la traducción del francés al castellano es algo así como "novela autobiográfica en clave ficcional").
En definitiva, este muchacho escribe sobre sí mismo. Y como tiene 18 años la mayoría de sus personajes no son adultos. Por ende, de entrada parece literatura para adolescentes (lo cual no sería necesariamente malo).
Y sin embargo en el cuento "Las voces en los papeles" se encuentra una gran capacidad para interpretar voces bien distintas. Creo que ese relato es su mejor carta de presentación.
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