Fuego

Ayer hubo un incendio jodido en el edificio. Más precisamente en el segundo piso, que es el mismo en el que vivo yo. Y un poco más precisamente en el departamento de al lado.

A mí me lo contó mi vecina (la chica que vive en el depto incendiado) cuando llegué de la facultad. Se me aflojaron las piernas. Venía con la presión medio baja (ay, qué mariconcito me siento diciéndolo) por el calor de ayer, que fue bravísimo. Había caminado un montón y tenía el cerebro medio gastado.

Al final ella me consolaba a mí. Mirá que está todo bien y no le pasó nada a nadie, me decía. Pero hasta que promedió la charla yo tuve la sospecha de que mi casa también se había prendido fuego y que ella estaba a punto de decírmelo.

Pero no. Fue eso nomás. Ardió todo el cuarto de sus padres. El pasillo que nos une se llenó de humo en dos minutos y todos los del piso se auto-evacuaron enseguida. Javier, ayudante de portería y amigo, fue el héroe de la jornada y dicen que sacó a bastante gente y que terminó negro por el hollín.

Vinieron los bomberos y algunos medios (mi abuela se enteró por Radio 10). Todos los vecinos evacuados se pararon en la vereda de enfrente a mirar. Y dicen que había una cortina de humo negro muy espesa que casi no dejaba que se viera el edificio.

Mi vieja llegó en eso y ya cuando vio el camión de bomberos en la puerta se empezó a desesperar y a preguntar por mí, hasta que alguien le dijo que me había ido a la facultad.

Ella también pensó que nuestro departamento se había prendido fuego. Hace unos días estuvimos hablando un rato largo sobre los incendios y de qué bajón sería que pasara.

Yo le conté de la vez, hace mucho y en otra casa, en la que tiré un papel mal apagado (no había fósforos y usé la tostadora para prender el horno) al tacho de basura y cómo en un ratito la llama creció y cómo la apagué con el sifón de soda.

La casa de los vecinos quedó bastante mal. El cuarto, dicen, está todo arruinado (extrañamente, la biblioteca no prendió). Y el resto del depto quedó un poco lastimado por el agua de los bomberos.

Durante toda la noche, en las veces que entré y salí del edificio, no escuche que alguien hablara de otra cosa.

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